La Policía Local se personó en el lugar en cuanto recibió el aviso y los propios agentes desplazados intentaron sofocar el fuego, utilizando para ello los extintores de los coches patrulla.
Aunque lograron reducir las dimensiones del incendio, no consiguieron extinguirlo por completo, así que hubo que esperar a que aparecieran los bomberos para que el fuego quedara sofocado por completo. Seguidamente, ventilaron el establecimiento comercial y los inmuebles anexos.
El suceso llamó la atención de los vecinos y muchos de ellos salieron a la calle alarmados, pero los servicios de emergencias les pidieron que volvieran a sus casas, ya que era más seguro que permanecieran en ellas.
El ciclomotor que ardió era una Peugeot Speedfight, que quedó totalmente calcinada. El bajo sufrió daños en los equipos informáticos y electrónicos, en diverso mobiliario de oficina y documentación y en la cristalera, todo ello afectado por el humo y el agua. A consecuencia del fuego, también se quemó el cableado de la fachada.