Una vez en el lugar, los efectivos desplazados observaron en el portal a un varón que decía haber acudido allí tras llamar por teléfono a su novia en repetidas ocasiones para que le devolviese algunas pertenencias, pero ella no le respondía.
Cuando los agentes se entrevistaron con la mujer, les contó que su anterior compañero sentimental la había llamado en varias ocasiones y que había accedido al edificio, llegando a tocar el timbre de su puerta.
Cuando a través de la mirilla comprobó quién llamaba, sintió miedo y rápidamente llamó a una amiga y vecina, que fue quien alertó a la policía.
La mujer también informó de la vigencia de una orden de protección, algo que fue comprobado por los agentes. Dicha orden incluye la prohibición de comunicación por cualquier medio, incluido el teléfono. Así pues, el quebrantamiento dio lugar a la detención del hombre.