Se trataba de un varón de 42 años que mantuvo su insistencia ante la presencia de los agentes, advirtiéndoles de que se arrojaría al vacío si se le acercaban.
Uno de los policías dialogó con él llamando así su atención y distrayéndole, mientras el otro se situó de forma que finalmente pudo sujetarlo y arrastrarlo al suelo.
Ambos lo inmovilizaron hasta la llegada de una ambulancia medicalizada del 061, cuyo personal le suministró un calmante para posteriormente trasladarlo al hospital Álvaro Cunqueiro de cara a su valoración médica.