Por Victoria Domínguez Suárez
El pasado día 30, cientos de personas nos manifestamos en contra de la privatización y el abandono de los pabellones municipales de Vigo. Ese mismo día, como respuesta, el Concello colocó un cartel informando de que el gimnasio del Carmen permanecerá cerrado todas las tardes del mes de julio, coincidiendo con el cierre por vacaciones del gimnasio del Berbés.
Como consecuencia, los usuarios de ambos centros nos veremos obligados a compartir las instalaciones del gimnasio del Carmen exclusivamente en horario de mañana durante todo el mes de julio. Esto supone que estaremos hacinados en una sala bajo cubierta, con altas temperaturas y, en determinadas horas, superando el aforo permitido. Además, este gimnasio carece de accesos adaptados para personas con movilidad reducida, ya que se encuentra en una segunda planta sin ascensor.
Por si fuera poco, quienes trabajamos por las mañanas no dispondremos de ninguna instalación pública abierta durante este mes. Con esta medida, el Concello busca limitar el acceso de la ciudadanía a los gimnasios públicos, empujando a muchos usuarios a buscar centros deportivos privados. Así, pretenden reducir la resistencia social frente a la privatización de estos espacios.
Todo esto forma parte de una maniobra orquestada para desincentivar la protesta. Pero el alcalde no entiende que no vamos a dejar de reclamar que nuestros pabellones públicos sigan siéndolo. Son los gimnasios de nuestros barrios, utilizados por muchas familias, pensionistas, jóvenes, clubes deportivos y deportistas en general.
Los vecinos y vecinas necesitamos dirigentes que nos escuchen y atiendan, no que nos ignoren ni nos traten como ciudadanos de segunda. Estamos cansados de ser castigados con medidas restrictivas cada vez que pedimos una mejora o reclamamos un derecho.
Las viguesas y vigueses queremos una ciudad de todos y para todos, con servicios públicos de calidad, sin ánimo de lucro, que respondan a las necesidades reales de la población.