En su petición de auxilio, el chico, de origen marroquí, mostró a los agentes un papel en el que explicaba sus circunstancias: no hablaba español, se encontraba perdido y llevaba varias horas deambulando por la ciudad.
Además, les enseñó un teléfono de contacto, al que realizaron una primera llamada sin éxito. No obstante, los policías encontraron “una referencia” que permitió localizar la ubicación del centro para así poder trasladar al menor.
En el lugar fueron recibidos por la educadora, que reconoció al niño e informó de que había presentado una denuncia de desaparición el jueves. La mujer se hizo cargo de él e indicó a los agentes que retiraría la denuncia lo antes posible.