Fue en ese momento cuando un ciudadano se puso en contacto con el cuerpo municipal para solicitar su intervención debido a que había localizado a una menor en la vía pública, en una zona cuya ubicación no ha trascendido, y creía que había sufrido un coma etílico.
Al llegar al lugar los efectivos policiales y demás servicios de emergencias, confirmaron que se trataba efectivamente de un coma etílico, por lo que procedieron a su traslado en ambulancia a un centro médico. Además, se informó a los padres de lo sucedido.
Además, poco tiempo después de esta intervención, a las 00.55 horas, una unidad que patrullaba por el centro, observó que un hombre salía de un establecimiento 24 horas con una bolsa con bebidas. Ante la sospecha de que alguna de ellas fuese alcohólica, los agentes se acercaron a él y comprobaron que una de las botellas que llevaba era de whisky.
Así, entraron en el local para advertir a la dependienta pero ya dentro se dieron cuenta de que la mujer estaba dispensando además una botella de vodka a otro cliente. Al ver a la policía, la mujer intentó esconderla detrás del mostrador sin éxito.
Por ello, fue identificada e informada de la prohibición de vender alcohol entre las 22.00 y las 09.00 horas. El incumplimiento de la normativa es constitutivo de una infracción grave, cuya sanción económica oscila entre los 3.005 y 6.010 euros, multa a la que se enfrentan los responsables del local.