Fue un vecino del edificio donde supuestamente se estaba produciendo el suceso el que avisó a las fuerzas de seguridad tras escuchar gritos de auxilio de una mujer, ruidos de golpes y caída de objetos.
Una vez que llegaron al lugar, los efectivos desplazados escucharon cómo en el interior de la vivienda una mujer gritaba, a la vez que se percibían ruidos de vajilla rompiéndose. Tras llamar a la puerta les abrió un varón espetándoles un «¿qué pasa?», al tiempo que la mujer desde el interior pedía que la ayudasen.
Tras retener al varón e identificarlo, éste les contó que había discutido con su compañera sentimental pero que no había sucedido nada más. Por otro lado, la mujer comunicó que su pareja le había pegado y que recibe malos tratos desde hace varios años cuando él llega a casa en estado ebrio.
También relató, que momentos antes, él llego a casa borracho, comenzaron a discutir y que en un momento dado la agredió sujetándola por el cuello y tirándole de los pelos.
Los agentes pudieron comprobar que presentaba el pelo alborotado, la cara enrojecida, y varios arañazos en el cuello; así como una herida casi cicatrizada en el codo derecho, que la víctima aseguró haber sufrido fruto de una agresión de su pareja hacía aproximadamente quince días. También observaron cómo el interior de la vivienda se encontraba totalmente revuelto, con la vajilla rota por el suelo.
Por todo ello procedieron a la detención del hombre.