En cuanto se dirigieron a la persona que lo utilizaba, los policías percibieron que presentaba síntomas de encontrarse bajo los efectos del alcohol. Así, le sometieron a la prueba de alcoholemia, que arrojó un resultado positivo de 0,67 miligramos por litro de aire espirado en la primera toma y 0,63 mg/l en la segunda.
Por ello, los agentes lo denunciaron por una infracción muy grave, al superar el límite penal establecido, y ordenaron la retirada del vehículo al depósito municipal.