El hombre confesó que no tenía ninguna documentación del animal, de dos años de edad, que además carecía de microchip y no estaba dado de alta en el Registro Municipal de Perros Potencialmente Peligrosos.
Así, procedieron a denunciarlo, ya que la identificación de los animales de esta raza es obligatoria. El can debe ser identificado dentro de los tres primeros meses de vida y, en todo caso, antes de ser objeto de transmisión.
No hacerlo supone una infracción grave sancionada con multa hasta 5.000 euros. Además, la tenencia y custodia de los animales potencialmente peligrosos exige la obtención previa de la licencia administrativa otorgada por el ayuntamiento y la inscripción en el Registro Municipal de Animales Potencialmente Peligrosos. Lo contrario constituye una infracción muy grave sancionada con multas desde 2.404,06 hasta 15.025,30 euros.
El segundo caso se produjo el mismo sábado a las 21:00 horas en la avenida de Ricardo Mella, donde un ciudadano alertó de la presencia de dos perros potencialmente peligrosos sin que ninguna persona les acompañara.
Al lugar se dirigió una dotación de la Policía Local, que logró capturar a dos canes de la raza american bully con la ayuda del lacero para trasladarlos luego a la Protectora de Animales. Mediante el microchip se pudo verificar la identidad de su propietario, al que se le denunció por dejarlos sueltos o en condiciones de causar daños.