Así relataba este lunes el alcalde de Vigo, Abel Caballero, la descripción que hacían los trabajadores del Cunqueiro sobre la situación que se vive en el servicio de Urgencias del centro médico.
El regidor socialista reclamó este lunes una «solución inmediata» para acabar con el colapso que sufren las urgencias del Hospital Álvaro Cunqueiro de Vigo. El alcalde mostró su preocupación sobre la situación del centro médico después de mantener una reunión con representantes de los trabajadores, celadores, enfermeras y auxiliares.
«Lo que me trasladan genera una inmensa preocupación por encima de la que ya tenía, porque describen una situación con dos grandes carencias durante los picos de asistencia y el mes de agosto», explicó el regidor. Además, relató que los trabajadores tienen que recorrer distancias de casi un kilómetro dentro del centro para el traslado de pacientes.
El alcalde aseguró que el personal denuncia deficiencias en cuanto a material e instrumental así como otras carencias en la zona de urgencias, donde alertan de la falta de intimidad en los boxes por la falta de cortinas o elementos que separen a los usuarios.
Caballero acusó a la Xunta de Galicia de no poner remedio y acusó al gerente del área sanitaria de Vigo de ser un «mercenario» a sueldo de la administración autonómica.
«La postverdad de Caballero»
En respuesta al alcalde, la Xunta de Galicia emitió un comunicado en el que acusa a Abel Caballero de intentar boicotear la sanidad pública. «Sorprende sobremanera que sea el señor alcalde el destinatario de las quejas y reclamaciones de varios profesionales del área sanitaria, cuando ninguno de los asistentes tiene prantexado sus demandas ante los organismos competentes en la materia», explica el Sergas.
En el mismo comunicado señala que «es lamentable que el más alto dignatario de la ciudad –instalado en la postverdade, que utiliza sin rubor para sus fines políticos- siga opinando sobre asuntos del Hospital Álvaro Cunqueiro, que ni conoce ni le preocupan, y que tan sólo utiliza como argumento para insistir en su línea de boicot y deterioro de la imagen de los servicios sanitarios públicos».