Con música rock de fondo e imágenes del traslado del barco, las protestas, ruedas de prensa y enfrentamientos con la Policía Local, los miembros de la asamblea pretenden volver a llamar la atención sobre la resistencia vecinal «frente a la dilapidación de dinero público que supuso poner un barco en la rotonda de Coia» en diciembre de 2014.
Los organizadores de aquellas protestas critican la «represión policial» para «acallarles» que finalmente se ha saldado con una condena de un año de cárcel a Xurxo R.M. por resistencia y lesiones a un agente de la Policía Local y un proceso abierto por el cual le piden a otro activista, Diego, una condena de cárcel y varios miles de euros por responsabilidad civil.
Como señalaban entonces, desde la Asamblea Aberta de Coia lamentan que, sin embargo, «nunca había dinero para ayudas sociales a los miles de hogares empobrecidos del barrio y la ciudad».