En este sentido, Fidalgo asegura que el problema se recrudece en lugares muy transitados, como la Praza de Compostela, el entorno del Náutico o Teófilo Llorente, afectando al descanso de los residentes en estas zonas, a su seguridad y también a la limpieza.
En todos estos sitios, asegura, es ya una norma habitual que los vecinos no puedan “pasear con sus hijos ni con sus mascotas, especialmente los sábados y los domingos por la mañana, ante la acumulación de botellas, basuras y todo tipo de excrementos”.
Ante esto, prosigue Fidalgo, “el alcalde lleva años dando la espalda a un problema de primer orden” que padecen miles de vigueses. Así, recuerda, en 2008 PSOE y BNG aprobaron una ordenanza para «reglamentar el uso de los espacios públicos por la ciudadanía, evitando usos excluyentes o abusivos que alteren gravemente la convivencia».
“Bastaría con hacer cumplir la ley y los instrumentos que existen”, continúa el concejal popular. No en vano, aquella normativa prohibía la «permanencia y concentración de personas en espacios abiertos del término municipal que se encuentren consumiendo bebidas de cualquier tipo o realizando otras actividades cuando alteren gravemente la pacífica convivencia ciudadana». Además, impedía repartir bebidas en la calle, hasta de modo gratuito y, por supuesto, la venta de alcohol a menores de 18 años. Las sanciones oscilarían entre los 300 y los 3.000 euros.
Pese a todo, expone Fidalgo, el alcalde sigue sin actuar. “Estamos a diario con multitud de vecinos que se quejan de un incremento del botellón en diferentes puntos de la ciudad, como las inmediaciones del Marco, el entorno de la colegiata o el Casco Vello”, puntualiza.
Imagen deteriorada de Vigo
Esta situación, denuncia el edil popular, “perjudica también gravemente” la imagen turística de la ciudad. “El estado de estas zonas en calles transitadas por los turistas que llegan a Vigo en crucero ofrece una fotografía lamentable del municipio a los visitantes”, explica.
Asimismo, señala Fidalgo, el servicio de limpieza sólo actúa sobre aceras y escaleras, correspondiendo las zonas verdes al personal de Parques y Jardines. “Todos sabemos cómo está esta concesión, lo que agrava la situación con la basura pudriéndose durante días en los jardines”, apunta. Y concluye: “El gobierno de Caballero lleva años sin actuar para garantizar el descanso, la seguridad y la limpieza en las zonas afectadas”.