Decenas de operarios trabajaban este mediodía a contrarreloj para ultimar los detalles que faltan de la obra e ir llenando los diferentes espacios. Lo más importante ya se ha completado y, según apuntan desde la gerencia, ya solo queda darle forma a los puestos, algo que se acometerá en los días que restan hasta la inauguración oficial.
A partir de ahí, la renovada plaza de abastos aspira a convertirse en un elemento dinamizador de la zona. Está formada por cinco alturas, 43 puestos, un supermercado Familia que ya está realizando labores de reposición de productos y un aparcamiento con 73 plazas. La oferta estará compuesta por 19 pescaderías, cinco carnicerías, tres charcuterías, una panadería con obrador “en directo”, una tienda de golosinas y prensa, dos taperías, un restaurante y una cafetería.
Entre los elementos más destacables se encuentran el restaurante-cafetería de 1.500 metros cuadrados que abrirá en la plaza situada justo encima del mercado, que tendrá que esperar a mediados de junio, y una “cocina promocional” para hacer degustaciones en la planta inferior, que se instalará la próxima semana. Éste pretende ser uno de los fatores «centrales» de atracción de usuarios. “Todo girará en torno a la alimentación y la gastronomía”, aseguró el gerente del mercado, Raúl Fontán.
Además, dispone de dos ascensores, uno de ellos con capacidad para 21 personas, y escaleras mecánicas. Igualmente, contará con central frigorífica propia para la conservación de alimentos, red wifi y servicio de reparto a domicilio y compra online. La reforma del mercado ha costado casi cinco millones de euros.