La zona registrará un profundo cambio que contempla soterrar el tráfico con un túnel, montar un escenario, una réplica de las islas Cíes, unas escaleras mecánicas procedentes de Carral y, en suma, ganar un espacio público peatonal de 8.000 metros cuadrados.
En este aspecto se ha centrado este martes Abel Caballero para defender la remodelación, que a su juicio permitirá ganar la “gran plaza” que “Vigo no tiene”. “Será la primera gran plaza de la historia de la ciudad”, apuntó el alcalde. “Vigo no tiene esa gran plaza y casi todas las ciudades la tienen”, añadió.
Sobre ese rechazo al proyecto, que se fundamenta básicamente en una oposición al túnel, el regidor sostuvo que “los afectados directamente lo conocen perfectamente” porque “se les explicó” y vinculó las protestas a intereses partidistas. “A movimientos de política no contesto”, zanjó.
Caballero recordó que se mantendrá el aparcamiento subterráneo, que dispondrá de plazas para residentes en el Casco Vello. La reforma también incluye la reubicación de las paradas de autobuses y de taxis, así como de los aparcamientos para las motos. Igualmente, se aprovechará para renovar el saneamiento, el abastecimiento, telecomunicaciones o las canalizaciones de suministros.
El Concello prevé iniciar las obras, que se prolongarán durante dos años, en otoño pero los trabajos deberán ser compatibles con los grandes actos que acoge la Porta do Sol, como la celebración de la Navidad, la procesión del Cristo de la Victoria, la Cabalgata de Reyes o el desfile de Carnaval.
La actuación, que tiene un presupuesto de 17 millones de euros y cuenta con fondos europeos, hará que los vehículos accedan al túnel por Policarpo Sanz y salgan en Elduayen, y viceversa. El paso subterráneo contará con dos carriles de 3,5 metros de ancho cada uno y con medio metro de arcén, además de una separación entre ambos carriles.
Ronda don Bosco
La mesa de contratación también abordará este viernes la humanización de Ronda don Bosco, que prevé imprimir un cambio sustancial a la zona de terrazas que hay junto a la efigie de San Juan Bosco, que se conservará.
La idea es dar continuidad a la estética que ya reina en torno al Mercado do Progreso, también con circulación limitada a baja velocidad, pero la gran novedad residirá en la creación de una nueva plaza pública entre las calles María Auxiliadora y Pracer con gradas y bancos que se complementarán con las mesas de los locales de hostelería, altamente frecuentados en primavera y verano.
Además, toda esta zona incorporará pérgolas que permitan cubrirla parcialmente y dejará de ser de tierra para dar paso a la piedra y a aceras renovadas. El Concello prevé mantener el arbolado existente y acometer las habituales actuaciones en este tipo de casos: renovación del saneamiento, abastecimiento, suministros y canalizaciones, alumbrado, telecomunicaciones y riego.
Los planes del Ayuntamiento pasan por adjudicar la obra en el último trimestre del año y comenzar los trabajos antes de 2020, ejercicio que concentrará el grueso de la ejecución, cuyo plazo es de 18 meses. El presupuesto asciende a 1,8 millones de euros.