Obsérvese el agua que permanece tranquila y que se comporta como una imagen especular del cielo azul en un día tranquilo de invierno, con las montañas verdes recortándose sobre el lejano horizonte. Estas imágenes resultan habituales para quienes han nacido en Galicia, pero no para los foráneos, que les resultan sorprendentes y analizan todos los detalles preguntando, por ejemplo, por esas dos personas que están en primer plano con el agua hasta la cintura, de las que aclaramos que son mariscadores en pleno trabajo, y también por esas dos estructuras flotantes que luego, al explicarlo, enseguida identifican con los mejillones. Por qué aspirar a destinos lejanos cuando Galicia lo tiene todo y además está tan cerca.