El 25% de las acciones restantes continúan siendo propiedad de los antiguos socios. El acuerdo entre las partes, concretado mediante una ampliación de capital, incluye expresamente la confidencialidad de los términos económicos.
Dotada con un equipamiento para la elaboración de vinos tinto crianza, la singularidad de esta propiedad se halla en la propia bodega, construida sobre unos antiguos hangares de aviación, de ahí que la superficie construida es de unos 2.500 metros cuadrados.
Su capacidad actual de elaboración y transformación de uva es de 400.000 litros, con posibilidad de duplicar la producción. Las 110 hectáreas de terreno cuentan con plantación de viñedo, olivos y árboles frutales.
Terras Gauda tiene previsto aplicar en La Rioja la misma filosofía empresarial de las otras tres bodegas diseñando una nueva imagen de marca que transmita los valores de la “elaboración de vinos de marcada singularidad y personalidad, únicos y diferentes, en los que se identifica el origen y están ligados al terruño”.
Según indican desde el grupo, esta incorporación aporta “un importante valor añadido” a la empresa gallega, ya que el proceso de compra suele producirse a la inversa. “También contribuirá a mejorar su competitividad al incrementar su portfolio de vinos, lo que le permitirá llegar a nuevos segmentos del mercado”, sostienen.
Además, auguran que este “desembarco” supondrá “un fuerte impulso al posicionamiento de la bodega de Alfaro, que se va a incorporar a los consolidados canales de distribución del grupo tanto a nivel nacional como internacional”.