Cualquier automóvil equipado con un motor de combustión interna es una fuente de contaminación ambiental. Un convertidor catalítico (catalizador) está diseñado para combatir esto: su presencia ayuda a purificar los gases de escape hasta 95 (en modelos de automóviles viejos) o 98% (en automóviles modernos que cumplen con los requisitos de las normas Euro 5 y Euro 6). La falla del convertidor catalítico no solo aumenta el porcentaje de emisiones nocivas: el automóvil pierde potencia, arranca mal y comienza el consumo excesivo de combustible. El reemplazo oportuno de esta pieza importante no solo mejorará la situación ambiental, sino que también le permitirá mantener las características técnicas del automóvil en la condición declarada por el fabricante. Para seleccionar el modelo de catalizador apropiado, visite autocatalystmarket.com/es/es.
Piezas componentes del catalizador.
De hecho, esta es una pieza engrosada del sistema de escape del automóvil. Encontrar la pieza no es difícil: exteriormente parece un pequeño barril plano. Se puede colocar inmediatamente detrás del colector de escape. En algunos modelos de automóviles y en el compartimiento del motor, lo que se asocia con el deseo de los fabricantes de proteger esta costosa pieza de la destrucción al conducir en carreteras en mal estado.
Si quita el catalizador o toma uno nuevo, verá una cuadrícula al final. Detrás hay celdillas que parecen panales en una colmena. Están hechos de cerámica o metales preciosos y sus compuestos (por ejemplo, platino, iridio). La elección de la configuración de panal se debe a la necesidad de una gran área de purificación de gas. El nivel de su contaminación se indica mediante un sensor instalado en la salida de la pieza (sonda lambda).
Cerámica o metal
Hoy, la mayoría de los fabricantes de automóviles prefieren la primera opción. Esto se debe principalmente al menor costo del dispositivo en comparación con un catalizador metálico. El catalizador cerámico limpia mejor los gases de escape, se calienta rápidamente. Pero también hay desventajas, entre las cuales la principal es la fragilidad de la estructura y la vida útil relativamente corta asociada. Al mismo tiempo, está limitado no solo por un funcionamiento incorrecto: la pieza puede fallar si entra agua fría (por ejemplo, desde un charco) o una caída de temperatura banal fuera de temporada.
El catalizador de metal es más confiable, dura más, no le teme a impactos mecánicos o al agua helada. En el lado negativo, vale la pena señalar el nivel insuficiente de neutralización de los gases de escape (el elemento no alcanza el estándar Euro 6), el calentamiento lento y el alto costo. Por lo tanto, un catalizador totalmente metálico ahora es poco común.
¿Cómo funciona?
El principio de funcionamiento es el mismo que el del filtro. Los gases de escape residuales pasan a través del colector hacia las celdas del convertidor catalítico, que se iluminan al rojo vivo. Gracias a esto, las sustancias nocivas se oxidan y se queman. Como resultado, el escape se limpia y salen compuestos casi inofensivos, que hacen poco daño al medio ambiente y a la salud humana.