Según han informado este lunes fuentes policiales, los hechos tuvieron lugar el pasado 3 de abril, cuando agentes de la Unidad Medioambiental de Intervención Rural (UMIR) se dirigieron a dicho inmueble a raíz de la denuncia ciudadana y, tras una conversación con los vecinos, concluyeron que la vivienda pertenecía a una persona con la que ya habían intervenido en otras ocasiones, tanto por un problema de acumulación de numerosos gatos -llegaron a retirar un total de 101 felinos- como de alimentación de ratas.
Los requirentes también informaron de que al perro cuyos lamentos escuchaban constantemente sólo lo habían visto en el patio una vez en los últimos tres años, pero pudieron aportar un dato que les resultó revelador. Al can le faltaba una pata, lo que recordó a los efectivos de la UMIR una denuncia que les habían hecho llegar tres años antes desde la protectora de animales, en la que se relataba la desaparición de un perro de la raza Schnauzer miniatura con una de sus patas amputadas. Las averiguaciones posteriores hechas en su día no habían prosperado y pese a las sospechas de dónde podría estar, no fue posible probar nada.
Así pues, los actuantes solicitaron al juzgado una orden para entrar en la vivienda y comprobar los hechos denunciados por los vecinos. Una vez obtenido el permiso oficial, accedieron al domicilio y encontraron en el interior de un baño al perro con la pata amputada “en unas condiciones higiénicas deplorables”.
Dicho animal fue retirado de inmediato de la vivienda y entregado a su legítimo propietario. Según relata la Policía Local “fue muy revelador cuando éste llamó al perro por su nombre y el animal mostró claros signos de reconocer a su dueño”.
Colaboración ciudadana
Finalmente, encerrado en otra estancia de la vivienda y sin luz, se localizó otro perro del que no se tenía constancia y carecía de microchip, motivo por lo que se trasladó a la protectora para su valoración, cuidados y localización del propietario. Para ayudar en esa tarea, el cuerpo municipal ha difundido una fotografía del animal.
Además, en el resto de la casa también se encontraron dos jaulas, cada una con una paloma en su interior y repletas de numerosos excrementos, y un acuario con una tortuga.
De todo lo actuado se han instruido las oportunas diligencias judiciales, en las que se denuncian maltrato animal y apropiación indebida.
Este caso se produjo sólo un día después del hallazgo de una perra en estado de semiabandono en un piso de la Travesía de Vigo.