La expedición estaba destinada a una inmersión submarina, pero a su regreso se encontraron con un regalo de Fin de Año. Así lo explican desde la página de Facebook de Cemma. «Ao rematar a inmersión da San Silvestre submariña, e antes de poñer proa a porto, realizamos unha mostraxe pola ría de Vigo na procura de fotografías das aletas dorsais dos arroaces para o traballo de fotoidentificación. Localizamos unha manda, na que había varias crías, e a estivemos monitorizando a distancia para non molestar aos animais. Lembramos que, ao tratarse dunha especie protexida, para levar a cabo os estudios de monitorización, a pesar de ser un método non intrusivo, é preciso contar coa correspondente autorización administrativa e manter un protocolo de actuación respectuoso cos animais».
El avistamiento se produjo frente a las playas de Coruxo, a la altura de A Fontaíña (Barcas), y supone la obtención de datos muy valiosos para identificar a cada ejemplar. Los cálculos que maneja Cemma apuntan a un total de 600 arroaces en la costa gallega, 400 de ellos fotoidentificados. En el caso del delfín común las cifras se disparan y rondan los 14.000, aunque su espacio habitual está en el exterior de las rías.
Durante la inmersión, los buzos de la Coordinadora también pudieron observar especies como pulpo, nécoras, congrios, estrellas de mar, esponjas, apegóns y ascidias.