La alerta ha saltado entre los vecinos de la práctica totalidad de las parroquias de Vigo. La llegada del otoño y la caída de hoja ha dejado a la vista un número considerable de colmenas de avispa asiática que han estado ocultas entre las ramas durante los últimos meses.
En el Camiño da Cerdeira, en Moledo (Sárdoma), un matrimonio dio la alerta en octubre. Un peral de su jardín lucía en la copa un enorme colmenar. La respuesta fue rápida. “Mi hija avisó a la Xunta y vinieron a retirarlo”, explica Cándida Garrido. Su vivienda se sitúa muy cerca del riachuelo Gorgoso, entre Sárdoma y Castrelos, y sobre uno de los enormes eucaliptos que pueblan la ribera se puede observar otro de los nidos.
“Mira, mira, en cuanto sale sol aparecen cientos de avispas”, dice Cándida señalando la enredadera del muro de cierre de su finca. El Camiño da Cerdeira es lugar de paso para el colegio y por allí pasan cientos de niños todos los días. Su marido, Juan, mucho más tranquilo con la presencia de los insectos, explica que no atacan. “Solo hay que dejarlas, si no te metes con ellas, no te hacen nada”, añade.
Colmena en una acacia a la orilla del río Eifonso, entre Bembrive y Beade.
Juan ha inventando una fórmula para capturarlas. Corta botellas de agua, introduce un poco de azúcar y las cuelga del muro, pero todo es poco. “Hay miles”, asegura. Su mujer muestra parte de la colmena que fue retirada por la Xunta de su árbol. “Fíjate, en el medio había una pera”, explica con un trozo del nido en la mano.
La colmena situada en la copa del eucalipto, de más de 50 metros de altura, lleva allí varios meses y hace dos semanas acudieron los bomberos de Vigo, pero no pudieron acceder hasta la zona al no existir un camino suficientemente ancho para que pase el vehículo.
Entre la parroquia de Bembrive y Berade la situación es muy similar. A orillas del río Eifonso existen al menos dos nidos de grandes proporciones, en las copas de una acacia y un amieiro, y un tercero, afirman los vecinos, se desprendió durante uno de los últimos temporales. “Entró una en mi casa y llamé a la Entidad (Local Menor de Bembrive)”, afirma una joven que reside en la zona.
El alcalde pedáneo dio aviso a la Xunta, pero en este caso también el acceso complica la erradicación. En una zona cercana, varios apicultores lograron retirar otro. Todos se sitúan en zonas húmedas, a una gran altura y su actividad es frenética. Cientos de avispas entran y salen, preparándose para el invierno, cuando supuestamente cesa su actividad para regresar en primavera con mucha más virulencia.