“La regata fue dura, por los rivales y las condiciones del circuito”, dijo Óscar Graña. El palista resaltó que “nos pusieron las cosas complicadas. El ritmo fue duro al inicio, al que no nos favorecía. Después se formó un grupo de cinco embarcaciones y no estábamos cómodos. Pero al final quedamos solo con los húngaros y logramos el objetivo de ser segundos”. Sus rivales, campeones el año pasado, son más rápidos en los finales apretados.
No obstante, tanto Óscar Graña como Ramón Ferro se muestran “orgullosos” de lo logrado, pero con especial incidencia en los muchos años que llevan juntos. Al respecto dicen que “será difícil que se vuelva a repetir esto en el piragüismo español. Un barco con los mismos palistas y en la misma especialidad que ha logrado tantas medallas. Es algo histórico”. Ramón Ferro resaltó que “siempre es exigente la modalidad de maratón, pero este mundial lo fue mucho más. Nos costó mucho trabajo llegar a ser segundos”.
Iván Alonso fue quinto en K-1 y la misma posición ocupó en el K-2. Es la primera vez en cuatro años que no se sube al podio mundialista. Diego Piña, que acudía por primera vez a esta cita, se mostró contundente al afirmar que “teníamos opciones de medalla. Estoy convencido, pero el barco francés nos cerró en el último porteo y nos perjudicó claramente. Si no hubiera sido por eso, estaríamos hablando de otra cosa”. El palista del Kayak Tudense insistió en que “todo el mundo lo vio, incluyendo los jueces. Es incomprensible que no los sancionaran”.
La temporada termina para los cuatro deportistas y ya piensan en la siguiente. Iván Alonso y Diego Piña es posible que se mantengan en el K-2, mientras Óscar Graña y Ramón Ferro se tomarán un tiempo de reflexión. “Ya son muchos años en la élite. Hay que pensar bien las cosas”, afirman ambos.