El componente del Kayak Tudense superó con claridad a todos sus rivales y logró además conquistar para España el primer título en toda su historia en esta modalidad y disciplina. Roi Rodríguez era el favorito y cumplió el pronóstico. Este sábado luchará por su segunda medalla de oro en el K-4 1.000 metros. Brais Casás, también del Kayak Tudense, fue sexto en C-1 1.000 metros. Alfonso Domínguez, en el C-4 500 metros júnior, también disputará este domingo la final.
Una regata perfecta, con un inicio intenso y un final esperado. A Roi Rodríguez nadie le pudo superar. Hizo lo que se llama la regata perfecta. Sin errores. Después de proclamarse campeón de Europa el año pasado también en sub-23, confirma su enorme progresión. En Montemor o Velho (Portugal), donde se disputa el Mundial, dio un golpe de autoridad incontestable. En la regata decisiva salió a relucir su talento, su capacidad para adaptarse a todas las circunstancias y a mostrarse de manera definitiva en el escaparate internacional. Este domingo podría lograr su segunda medalla en el K-4 1.000 metros, algo histórico en el piragüismo nacional nunca antes visto en la categoría sub-23.
A nivel individual, Roi Rodríguez demostró una gran madurez. Compitió en la final del K-1 1.000 metros por la calle 3. No era la peor. Estaba más protegida del viento que otras. Un aspecto importante en una pista como la portuguesa que al final no resultó ser tan decisivo. La salida dejó ver claros a los favoritos. Pero Roi Rodríguez no se inmutó. Siguió su plan, el diseñado por Esteban Alonso y Manuel Pedrares, sus técnicos en el Kayak Tudense.
La igualdad entre cuatro embarcaciones se registró hasta los 250 metros. Después, el tomiñés no dudó. Afrontó la responsabilidad de sentirse favorito. Un ritmo constante al que nadie pudo seguir. Roi Rodríguez transmitió la seguridad de los campeones. Una tranquilidad que se reflejaba en su semblante. Concentrado y sin mirar a los lados. No era necesario estar pendiente de otras batallas.
La regata casi se termina a los 500 metros. Una amplia ventaja era la que tenía el palista del Kayak Tudense. Pero lo más importante era que no transmitía ninguna sensación inquietante. Todo lo contrario. El camino hacia al victoria se despejó. Pero también había que aguantar el tirón final. Roi dominó a sus rivales. Les controló. Tanto que Billy Bain, el australiano que figura como candidato al oro, acabo a 1,776 segundos del triunfador. Tanto se rindió a la superioridad del gallego que al acabar la regata fue directamente a felicitarle, a pesar de la considerable distancia física que les separaba. Gábor Bóga, de Hungría, terminó tercero a 2,160 segundos. Roi Rodríguez invirtió un tiempo de 3.32.888.
Su gesto al terminar la prueba demuestra la alegría del momento, pero también la culminación de un trabajo bien realizado. El nuevo campeón del mundo sub-23 en K-1 1.000 metros puede presumir de no haber cometido ningún error en las tres regatas que ha disputado. Eso le ha valido un título histórico.
Pero esa gloria todavía puede aumentar este domingo. A primera hora de la tarde disputará la final del K-4 1.000 metros. Los españoles parten como favoritos. Se clasificaron para la regata decisiva en la jornada inicial, por lo que no tuvieron que pasar por la semifinal. Roi Rodríguez puede seguir aumentando su botín de medallas.
Brais Casás, el otro componente del Kayak Tudense, fue sexto en la final del C-1 1.000 metros. Lo tuvo casi todo en contra. En la salida fue presionado por el italiano Carlo Tachini, que imprimió un fuerte ritmo. Esto provocó que el eumés no tuviera tiempo de dosificar su esfuerzo. Pero a pesar de ello se colocó tercero, lo que le daba opciones a estar en el podio. En el tramo final de la regata no pudo resistir el fuerte empuje de sus rivales. Acabó a diez segundos de Martin Fuksa, el ganador. El palista de la República Checa demostró su condición de gran favorito. Pero la actuación de Brais Casás, ganador de la semifinal, puede considerarse excepcional. Ya está entre los seis mejores del mundo en sub-23.
También este domingo competirá Alfonso Domínguez, en el C-4 500 metros de la categoría júnior. La embarcación española tiene opciones de estar entre los tres primeros. Así lo demostró en la semifinal.