El presidente, Carlos Mouriño, argumentó que el convenio suscrito en 2009 con el consistorio, que reformuló el de 2003 y es el que se mantiene vigente mientras no se firma el nuevo –si es que se firma-, les autoriza a explotar la publicidad del estadio y por ello pueden adoptar este tipo de medidas libremente.
No obstante, aseguró que el alcalde, Abel Caballero, era conocedor de las negociaciones entre el Celta y Abanca y sabía que estas se encontraban muy avanzadas, aunque no llegó a concretar si el regidor vigués se estaba enterando en ese momento de que el acuerdo estaba cerrado. Más bien, dio a entender lo contrario: “Creo que no habrá ningún problema por parte de la Alcaldía a que el Celta se refuerce económicamente”, declaró, dejando entrever que no sabía si Caballero pondrá algún impedimento o no.
Con todo, las dudas acerca de que la entidad deportiva pueda comercializar el nombre de un estadio público no se disiparon, y más cuando el Ayuntamiento mantuvo este lunes un silencio sepulcral al respecto. La pregunta es obligada: ¿qué dice el convenio exactamente al respecto?
Pues bien, ahí radica probablemente el problema. El convenio, quizás ya anticuado, no dice nada al respecto comercializar este tipo de patrocinio, lo cual da pie a una doble lectura. Por un lado, se puede interpretar que no existe autorización para ello, ya que el documento sirve como marco para que el Celta sepa qué actividades puede desarrollar. Por otro, al no mencionarse nada al respecto, se puede asumir que no se prohíbe.
En todo caso, la afirmación de Mouriño encierra una verdad a medias. El convenio recoge concretamente que el Ayuntamiento cede la explotación de la publicidad interior de Balaídos, Barreiro y A Madroa. Pero sólo eso, “publicidad interior”. Y hace referencia a “terreno de juego, gradas y videomarcadores, etc”. Aquí cabe una nueva interpretación. ¿Se puede considerar el nombre de Abanca Balaídos publicidad interior del estadio?
Comunicación al Ayuntamiento
Otro punto delicado de este asunto, entre otras cosas por la tensa relación que mantienen el Concello y el Celta, es si Caballero sabía que el acuerdo estaba hecho. Si Mouriño tuviese razón acerca de poder explotar el patrocinio del campo municipal, tendría que haber cumplido con este paso, ya que el convenio incluye la obligación de informar al Ayuntamiento, algo que parece no haber hecho.
“Cualquier autorización de publicidad que conceda el Real Club Celta de Vigo no podrá sobrepasar la fecha del 16 de mayo del año 2034 [día en el que expira el convenio] y deberá ser comunicada al Concello de Vigo con las circunstancias de las mismas en el momento en que se produzcan”, recoge el documento.