“A ver qué ponen el viernes”, sentenció el futbolista chileno a ese respecto. El Tucu fue contundente y al mismo tiempo intentó no dejarse llevar más por la polémica: “Ellos que hagan lo que quieran”, zanjó.
El jugador del Celta volvió a mostrar su fe en una posible sorpresa a pesar de que la situación es extremadamente complicada: “Vamos a pelear hasta que nos dé. Es difícil pero no imposible. Estamos bien anímicamente y tenemos otra posibilidad de revancha”, apuntó.
Hernández tampoco se escondió a la hora de hablar de los colegiados y de las quejas de su entrenador, Eduardo Berizzo, sobre las formas en las que se dirigen a los futbolistas olívicos. “Hay algunos árbitros con los que uno no puede hablar ni pedir nada. Y en cambio, de otro lado sí pueden. Eso molesta. Siempre hablando bien yo creo que se llega a algo”, declaró.
El Tucu pidió que haya “tacto” entre los jugadores y los colegiados para que “se pueda dialogar una situación dudosa”. “Creo que sería bueno que se pueda hablar tranquilamente”, mantuvo.
Empate “amargo”
El chileno además calificó de “amargo” el empate cosechado ante el Sevilla en Liga y lamentó el primer tiempo firmado por el Celta. “Lo regalamos estando con un hombre de más. Podíamos haber hecho algo más. El segundo tiempo salimos más convencidos e hicimos nuestro juego”.
A este respecto, realizó una lectura particular de la forma de afrontar los partidos: “A nosotros no nos sirve el juego tranquilo. Cuando jugamos tranquilos somos un equipo del montón. Cuando jugamos presionados somos otro equipo. La mentalidad cambió en el segundo tiempo. El Sevilla no pudo salir de su mitad de cancha. Hemos estado un poco peleados con el arco. Pero debemos dejar de lado lo que pasó y creer en nuestro juego”, sostuvo.
Por último, intentó quitar hierro a las numerosas bajas con las que afrontará el Celta su visita al Camp Nou: «Habrá que armar de nuevo el equipo. Este equipo siempre se rearmó sin llorar. Se van jugadores, hay lesionados, expulsados… Nos armamos como podemos”, afirmó.