«Orellana para este partido sería apresurado. Para el domingo, si completa muy buenos entrenamientos, sí. Pero no puedo hacer futurología porque es una lesión que le hace claudicar, una lesión que no tiene una progresión lógica. A veces el tobillo le provoca tanto dolor que lo inhibe en algún gesto puntual de freno, arranque o giro, que son inevitables. Cuando el dolor el máximo, su cuerpo claudica. En eso estamos, en soportar el dolor porque evitar los gestos que le provocan dolor es imposible. Deberá acostumbrarse a ese dolor e ir disminuyéndolo en movimiento», explicó Berizzo este martes en la sala de prensa.
El doctor García Cota, jefe de los servicios médicos del Celta, explicó hace un par de semanas que el esguince que sufre Orellana no es fácil de tratar, ya que sufre afectación en la sindesmosis tibioperonea. También aseguró que si no se trata con cautela, el jugador mantendrá molestias durante mucho tiempo.
Orellana, como viene haciendo desde hace unos días, entrenó con el grupo este martes. Pero las sensaciones no fueron buenas. «Hoy completó el entrenamiento pero lleno de dolor. Mañana igual ese dolor le impide realizar el entrenamiento en su totalidad. Estamos dando pasos muy cortos, muy analíticos en cuanto el día anterior y al umbral de dolor que esa lesión le provoca», señaló Berizzo.
Orellana se lesionó en el partido ante Las Palmas del 30 de octubre y se ha perdido los encuentros ante Ajax, Valencia, Eibar, Standard de Lieja y Granada. Eso sí, esta dolencia no le impidió viajar hacer tres semanas con su selección, a pesar de que no jugó los duelos que enfrentaron a Chile con Colombia y Uruguay. Berizzo, no obstante, cree que este viaje no perjudicó a su recuperación. «Viajó y no pudo participar tampoco. La idea era que si su progresión era buena el entrenador lo contemplase. Pero tampoco pudo. No ha influido en nada. Ha sido simplemente parte del proceso. Tanto nosotros como la selección de Chile tenemos mucho cuidado con la salud de Fabián. Pero es una lesión compleja de tratar y compleja de evitar porque no hay movimientos físicos que requieren el fútbol que impidan que su tobillo trabaje. Cada cosa que hace le provoca un dolor. A veces mayor, a veces tolerable, a veces inhibitorio», finalizó el técnico celeste.