Y después de semanas con la venta del Celta como una Espada de Damocles sobre la afición, el presidente habló. Carlos Mouriño se colocó este martes antes las cámaras y los micrófonos para aclarar públicamente todo lo referente a la posible entrada en el club de inversores extranjeros. «No consideré necesario salir a hablar, pero hoy hay cosas que creo que se deben explicar, no voy a permitir que la grada, los medios o la presión política o social influyan en mis decisiones», argumentó.
Las primeras críticas del presidente fueron para la portavoz del PP de Vigo, Elena Muñoz. «Me da la impresión de que se olvidó de Caixanova, lo que más me hace reír es cuando habla del sentimiento vigués porque quien dejó este club en la bancarrota era capital gallego y vigués, saquearon y esquilmaron el Celta», señaló.
Respecto a la posibilidad de que el Concello anule el convenio de uso del estadio a unos futuros dueños, Mouriño indicó que «faltaría más que al Celta no le dejen jugar en Balaídos». Mouriño agradeció el apoyo de varios miembros del PP que llamaron para «desmarcarse de la posición» de Elena Muñoz y también lanzó un mensaje de agradecimiento a los miembros del consejo. «Los libero de seguir conmigo si no están de acuerdo», indicó.
«Estamos subidos en una nube que poco a poco se va cargando de agua, empiezan las lluvias, nos tapamos, pero esa lluvia se convierte en un torrente y arrastra a todos. Señores, yo trabajo con proyectos y futuros, y el futuro del Celta lo veo muy endeble, no veo futuro a largo plazo, aunque a corto plazo es espléndido», auguró Mouriño.
«Me podrán decir lo que quieran, ya pagué mi costo social, me podrán repetir que he sido un traidor, que pasé de heroe a villano, esa pena ya la he pasado. No me preocupa eso, me preocupa lo que es mejor para el Celta. Si lo mejor para el Celta es darle una solidez económica y requiere una venta, lo haré. No quiero un equipo de fútbol, quiero un club de fútbol», explicó.
Mouriño también argumentó que cabe la posibilidad de la venta del estadio al Celta. «Si quieren una continuidad a largo plazo, el Celta se compromete a comprar Balaídos, nos quedamos en el Celta, pero al Celta se le vende el estadio, que el compromiso sea de todos, o lo hacemos conjuntamente o me voy con la conciencia tranquila», señaló. Mouriño propone como una de las opciones que el Concello pare la obra y que el club se encargue de acabarla.
Mouriño negó que el club haya sido vendido y también que las negociaciones estén avanzadas con un grupo chino. «Ayer mismo recibí otra oferta de Catar, estoy considerando mi salida porque ya no tengo la ilusión que tenía, cruzarme de brazos no va conmigo», dijo.
Desde que el máximo accionista anunció que tenía previsto abandonar la Presidencia, las noticias sobre la entrada de capital extranjero se dispararon. Negociaciones avanzadas con un holdgin chino hicieron temer lo peor a una gran parte de la afición del Celta, que en varios partidos se dirigieron al palco para mostrar su oposición a la operación.
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