«Lamentable. La verdad es que lamentable ver por la tele lo que pasó, que le hayan tirado gases lacrimógenos a los jugadores y que no puedan jugar un partido. Deja una mala imagen para el fútbol argentino. Ya la teníamos en el tema de violencia, pero esto lo empeora. A nivel internacional nos deja muy mal. Ojalá se tomen medidas y que no vuelva a suceder por el bien del fútbol y de la gente, que quiere ver un espectáculo y no lo puede disfrutar. Me quedé ayer hasta tarde a ver el partido y las imágenes eran vergonzosas. Todos los jugadores de River con los ojos irritados, viendo que no podían jugar. Es una vergüenza para los jugadores argentinos y para todo el fútbol argentino. Ver eso me dio mucha pena«, explicó Cabral este viernes en rueda de prensa.
El central celeste cree que se ha llegado a uno niveles de violencia insostenible en el fútbol argentino: «Espero y piensa que en Argentina estén tomando medidas. Cada vez empeora más, la gente tiene miedo de ir a la cancha con su familia. Antes de entrar al estadio ya se ve el clima de violencia que hay en las calles. Ojalá que el día de mañana se pueda hablar de que no hay violencia. Que tomen de ejemplo la Liga española. Yo veo que las aficiones se mezclan y no pasa nada. También hay violencia, pero no como en Argentina, donde pasa a ser un negocio para las barras bravas».
Para Cabral es un alivio que estas situaciones no se produzcan en el fútbol español. «Cuando vine aquí la presión se la pone uno mismo. En cambio en Argentina pasa a ser otra cosa. A veces están los barras bravas de por medio. Eso empeora las cosas. El jugador siempre quiere ganar. El hincha a veces exige mucho y de eso pasa a la violencia», comentó.
Gustavo Cabral sabe por experiencia propia la presión que sufren los futbolistas en Argentina. De hecho, en algunas ocasiones ni siquiera pueden salir de casa tras perder un partido. «Imagínate los que están peleando un descenso. La presión que sienten los futbolistas es impresionante. Saber que si pierdes un partido no puedes ir a comer con tu familia. A mí me pasó en River y en Racing. Siempre hay alguno que te insulta y uno como profesional no puede reaccionar. Si estás solo no pasa nada, pero si estás con la familia… Que tu niño o tu señora esté delante y te pase ese eso molesta mucho. Hay jugadores que pierden un partido y no quieren salir de su casa en toda una semana. De qué sirve jugar al fútbol a veces si pasa esto. Pierdes un partido y parece que es la vida y la muerte. Hay gente que lo toma así en Argentina y te lo hace saber».
El central cree que la solución a la violencia en el fútbol argentino no está próxima: «Me da sensación de vergüenza, de lástima por cómo se está destruyendo el fútbol por una violencia. Fue un solo individuo que tiro esto y lo pagamos todos. La violencia está. Los barras bravas están muy fuertes en el fútbol argentino y se involucran mucho. Hoy en día sacarlos es muy difícil. Hay que hablar de años, no sé cuántos, para arreglar esto».
El Celta también sufrió un ataque con gas lacrimógeno la pasada temporada en Villarreal que obligó a desalojar el estadio de El Madrigal. No obstante, Cabral cree que el hecho no fue tan grave y lo considera aislado en el fútbol español: «Es una distancia muy grande. Pero fue algo parecido porque la gente tuvo que evacuar rápido por el tema de los gases que entraron en los ojos. En este caso el perjudicado fue el jugador porque fue dentro de la manga, donde estaban por salir. Fue gas pimienta y se notaba en la camiseta las manchas. Eso te entra en el ojo y uno no se puede ni refregar. Uno tiene que estar tirándose agua. Lo que pasa en Argentina es difícil, hay que vivirlo«.
Cabral también explicó que en Argentina es prácticamente «imposible» que un jugador asista a un estadio para seguir un partido de otro equipo: «Podía haber ido a un palco, pero si tu propia afición lo veía, es complicado. Tu propia afición te reclama a qué has ido a ver el partido. Yo he ido a Racing a ver a mi hermano, pero yo he salido de Racing y puedo ir tranquilamente. Pero ir a verlo a otros estadios, imposible».
El hermano menor de Gustavo Cabral, Yonathan, vive día a día este clima de violencia, ya que juega en el Racing Club. El céltico espera que pueda dar el salto a Europa. «Ojalá venga mi hermano a Europa. Si se da para que el pueda salir, bienvenido sea. Pero también para que él mejore en lo futbolístico y en lo económico y también en la familia. Él, en el poco tiempo que lleva, ya lo palpa y se lo hacen saber, que hay que ganar y ganar. Los barras bravas están muy involucrados en los clubes y los ves a diario».