Hacía más de 23 años que un céltico no lanzaba un penalti en un derbi de Primera. El último fue el tristemente fallecido Tito Vilanova y, en aquella ocasión, también falló. Fue el 6 de septiembre de 1992, en la primera jornada de Liga. Un Celta recién ascendido a Primera visitaba a un Deportivo que había subido un año antes y que esa temporada, la 92/93, acabó en tercera posición.
Bebeto adelantó a los deportivistas de penalti a la media hora. Seis minutos después, Claudio Barragán hizo el segundo. Chechu Rojo, con un 2-0 en contra, decidió mover el banquillo al descanso. Entraron en el campo Tito Vilanova, que hacía su debut en Primera y con la camiseta del Celta en partido oficial, y Salillas. Estos dos jugadores pudieron haber sido claves en el último tramo del partido. El conjunto celeste, con uno más tras la expulsión de Claudio, se lanzó a por el gol que le permitiese recortar distancias. En el 86, Salillas cayó derribado en el área. Vilanova, a pesar de que era un recién llegado al equipo, tomó la responsabilidad de lanzar la pena máxima. El balón se marchó alto tras rozar el larguero.
Este fue el amargo inicio de la trayectoria de Tito Vilanova en el Celta, que no fue demasiado exitosa. El catalán se marchó al Badajoz tres años después tras haber jugado solo 26 partidos. A pesar de ser un futbolista con mucha clase, Vilanova tuvo una carrera bastante discreta. El éxito le llegó en los banquillos, primero como ayudante de Pep Guardiola y después como primer entrenador del Barça. Por desgracia, el cáncer truncó esta prometedora carrera.
Que el Celta no se lleva bien con los penaltis en los derbis de Primera es un hecho, ya que para encontrar un gol desde los once metros tenemos que irnos 71 años atrás, al 26 de marzo de 1944, al equipo entrenado por Baltasar Albéniz. En aquella ocasión, el Celta también salió derrotado de Riazor (3-2), pero al menos Fuentes anotó un tanto de penalti.