Muñoz ha realizado estas declaraciones después de los acontecimientos de este fin de semana que derivaron en la suspensión del partido de Liga del Real Club Celta de Vigo. Una decisión del alcalde, destaca, “100% acertada” y para la que ha querido mostrar el “apoyo indiscutible del Partido Popular”. “Es un tema de seguridad. No se podía jugar y, por lo tanto, no hay debate en este tema”, ahonda.
No obstante, este hecho no impide un “análisis detallado” de las causas que han llevado a esta situación. Así, apunta, “es evidente” que se han producido fallos en la gestión del estadio municipal de Balaídos. “Esta falta de gestión no es nueva y, por desgracia, afecta también a otros ámbitos de un gobierno que iba a ir a velocidad de Fórmula 1”, apunta.
En este marco, Muñoz Fonteriz ha resaltado que el ejecutivo local es experto en anuncios, aunque luego no hace nada. “Y con la reforma de la grada de Río llevamos tres años”, explica, recordando que el proyecto ya se había adjudicado en 2014. Esta adjudicación, que incluía el cambio de cubierta, fue anulada por motivos “puramente electorales” para vender en campaña un “nuevo Balaídos”: “Y por eso esta grada está como está. Ahora nos encontramos en febrero de 2017 y vemos que aún no se ha iniciado la tan necesaria reforma”.
La portavoz popular ha subrayado que, en este escenario, Caballero intenta “tapar una desastrosa gestión mediante dos vías”: una, la correcta decisión de suspender el partido; y otra, “embarrando el terreno político” al culpabilizar al PP de que las obras de Río no estén iniciadas, escudándose para ello en un recurso interpuesto por una asociación civil viguesa presidida por un ex alcalde socialista y que nada tiene que ver con el PP. “Le pido a Caballero que deje de calumniar, ya que así sólo refleja su propia incapacidad”, ahonda.
Tres años frente a un mes
En este sentido, Muñoz Fonteriz ha reiterado que la reforma de la grada de Río acumula tres años de retraso, por lo que no tiene sentido intentar tapar esta inacción con un recurso interpuesto el 23 de diciembre y que se ha rechazado el 6 de febrero. “Poco más de un mes, frente a tres años de inacción. ¿Qué han hecho durante todo este tiempo?”, se ha cuestionado.
Sobre esta base, Muñoz ha insistido en que el único responsable del estado actual de Río es Caballero, “que lleva 10 años como alcalde”. Y por este motivo le ha pedido que inicie los trabajos cuanto antes, “no sólo para reparar los daños sino para garantizar la zona”. “Que no haga un parche”, insiste la portavoz, quien para ello considera necesaria una auditoría previa sobre el estado de la grada.
Auditoría que debería sumarse a los informes técnicos que, espera, haya venido realizando con regularidad el gobierno. “Vamos a pedir, tanto esa auditoría como todos esos informes. Queremos saber de cuándo es el último estudio de seguridad de la grada de Río. Y esperamos que sea reciente”, señala.
Vientos de 106 km/h en Copa
No en vano, y como recuerda el concejal popular, Miguel Fidalgo, el jueves pasado, cuando el Celta disputaba su partido de Copa en Balaídos, la estación del Puerto registraba vientos de 106 km/h. Una velocidad muy cercana a las máximas alcanzadas estos días y que cuestiona la seguridad de los aficionados. Por ello, considera “imprescindible” empezar cuanto antes los trabajos de reforma de la grada de Río, y no esperar hasta que finalice la Liga, como apuntó en varias ocasiones el propio alcalde.
Asimismo, expone, el contrato tiene un período de ejecución de 12 meses, con lo que la nueva grada no estará lista hasta 2018. “Mientras tanto, el Celta sigue jugando. Sin ir más lejos, el próximo día 16 contra el Shakhtar. Es prioritario para entonces tener garantizada la seguridad. Y eso exige una auditoría previa”, concluye.