Y es que el número de espectadores en Liga no deja de caer desde la campaña 2014/15. En aquel curso, asistieron de media a Balaídos 19.150 personas por partido. Ahora este dato se sitúa en 15.680, lo que supone un descenso del 18,1%. La tendencia a la baja es una constante en los últimos años. En la 2015/16 la media fue de 18.350 espectadores y la pasada temporada, de 16.961, un 7,6% más que en la actual.
Balaídos no deja de batir récords negativos. La entrada del partido ante Las Palmas fue la segunda peor en Liga desde el ascenso a Primera División de 2012. El primer lugar de la clasificación lo ocupa otro encuentro de la actual temporada, el disputado ante el Leganés el viernes 24 de noviembre. En aquella ocasión, solo 10.611 espectadores se acercaron por el estadio vigués.
Balaídos solo ha superado los 20.000 espectadores una vez en lo que va de curso. Fue en el partido ante el Real Madrid, cuando acudieron al coliseo céltico 20.872 personas. La segunda mejor entrada se dio en el Celta-Athletic (19.779), encuentro en el que estuvieron presentes numerosos aficionados del conjunto vasco.
Estos datos son más llamativos si se tiene en cuenta que el Celta mantiene que el número de abonados prácticamente no ha bajado en los últimos años. De los 22.000 socios celestes, casi 6.500 no acuden habitualmente al campo. Las gradas de Balaídos, por tanto, presentan una imagen desangelada. Y es que el estadio tiene capacidad para 29.000 espectadores, por lo que en muchos partidos no se llega ni a la media entrada.
Carlos Mouriño ha dicho en más de una ocasión que no le preocupa la baja afluencia de espectadores y la ha achacado a las obras. Sin embargo, una parte de la reforma ya ha finalizado y no ha habido un incremento de público. Entre las causas que sí parecen influir están la falta de aparcamiento, el mal tiempo invernal y los horarios. Recordemos que los dos partidos a los que acudieron menos espectadores se jugaron un viernes y un lunes.