Un semana más y otra decepción. La agonía del Celta continúa. Los puestos de descenso ya parecen su ecosistema natural. Y es que el equipo vigués mejoró considerablemente respecto al desastre de Leganés, pero tampoco ganó. Cuando tenía todo en la mano, dejó escapar el botín y su rival puntuó por primera vez esta temporada fuera de casa.
No lo mereció el Mallorca, aunque eso sea lo de menos. El naufragio generalizado ante el colista hace siete días pasó factura en la alineación inicial. Óscar García demostró una vez más que no hay intocables y sentó al capitán Hugo Mallo, a Santi Mina y a Pape. El canterano Kevin volvió así al once tras su buen inicio de temporada frenado por lesión, mientras que Lobotka salió de cara en el mediocentro junto a Okay y Brais regresó a la banda derecha.
El esquema cobró sentido con Pione abierto en banda izquierda y Rafinha protegido a sus espaldas. Desde el inicio, el balón fue de dominio celeste, pero esta vez con una circulación mucha más fluida que generó problemas continuos en el área del Mallorca.
Con la presión alta llegó el gol del hispano-brasileño. Recuperación en campo contrario, apertura de Sisto a banda y centro medido de Olaza para que el hijo de Mazinho celebrase con rabia su testarazo cruzado a la red.
La alegría duró un telediario. Básicamente porque al frente del VAR había un árbitro dispuesto a revisar todo (probablemente para expiar las culpas de la noche anterior en Anoeta). Y de tanto revisar, encontró un pisotón de Aidoo a Budimir. Gol de Salva Sevilla y de nuevo empate en el marcador.
El golpe le sentó muy mal a los celestes, que durante minutos sufrieron por las llegadas de Gámez y Take por la derecha. Recuperó el pulso gracias de nuevo a las llegadas de Olaza, que dio un recital soberbio durante los 90 minutos. Otros dos centros del argentino no acertaron a rematar Okay y, sobre todo, Brais al filo del descanso.
A la vuelta de vestuarios llegó la mejor noticia. Penalti inocente del Mallorca, tanto o más como el pitado contra los vigueses, para que Aspas pusiese de nuevo por delante al Celta. Otra jugada de Olaza, la enésima en un partido en el que todo el peso del juego tendió hacia su línea de cal.
Antes de que saliese Santi Mina al campo, Brais Méndez se llevó la patada del partido, un plantillazo desmedido de tarjeta roja, pero en esta ocasión el VAR decidió no revisar (pregunten ustedes a los que saben de esto, nosotros ya nos hemos perdido).
El Mallorca metió todo lo que tenía en el banquillo. Lago Junior y Chavarría saltaron al campo, pero el Celta seguía mandando. Aparecieron Lobotka, Okay y Rafinha para hacer el campo más ancho y las ocasiones seguían cayendo del lado local.
Con Raillo finalmente expulsado, ahora sí por segunda amarilla por dura entrada Aspas, el partido se ponía más fácil para el Celta, pero lejos de rematar la faena el equipo vigués concedió un regalo que Budimir no desperdició. No se había ni acercado el Mallorca y cuando peor lo tenía, empató. El último arreón fue en vano. El problema ahora será recuperar anímicamente a los jugadores, que se han olvidado de marcar y de ganar.
Celta: Rubén; Kevin (min. 89, Juan Hernández), Aidoo, Araújo, Olaza: Okay, Lobotka; Rafinha, Brais (min. 66, Santi Mina), Sisto; Aspas.
Mallorca: Reina; Gámez, Valjent, Raillo, Lumez; Babá, Febas (min.45, Hernández), Salva Sevilla (min.61, Lago Junior), Take (min. 76, Chavarría); Dani Rodríguez, Budimir.
Goles: 1-0, min. 20: Rafinha cabecea a la red un centro medido de Olaza; 1-1, min. 32: Salva Sevilla, de penalti; 2.1, min. 49: Iago Aspas, de penalti. 2-2, min. 83: Budimir, a placer.
Árbitro: De Burgos Bengoetxea (Colegio Vasco). Mostró tarjetas amarillas a Aidoo, Budimir, Araújo, Raillo, Hernández y Mina. Expulsó a Raillo por dos amarillas.
Incidencias: Partido correspondiente a la Jornada 17 de La Liga disputado en el Estadio Municipal de Balaídos ante 13.247 personas. Minuto de silencio y ovación para Miguel, joven aficionado del Celta fallecido recientemente.