A Berizzo le sorprendió esta falta de tensión del Celta: «No somos un equipo que habitualmente se relaje ni que subestime al rival. Pero se necesitaba circulación y paciencia y no la tuvimos. Con errores acabamos metiendo al rival en el partido. La sensación era de inseguirdad ante el partido. No podíamos controlarlo. Siempre pasaba algo que nos desestabilizaba. Los goles se deben a no saber jugar el partido y cometer pérdidas del balón. Cuando uno no mata a sus rivales, puede suceder lo que sucedió hoy».
El entrenador del Celta también hizo autocrítica. Cree que sus cambios no ayudaron. «El equipo se parte por mi decisión. Acabamos jugando con cinco atacantes y eso conlleva que el centro del campo sufra. Queríamos abrir bandas, pero la prisa y la poca claridad en ataque nos llevó a jugar todos de espaldas. Eso generó terreno para correr a Las Palmas. Hemos jugado mal y cuando nosotros no jugamos bien, no ganamos», declaró y añadió que «incluso pudimos haber perdido el punto que tenemos hoy».