Mouriño, por tanto, comparte el discurso de Eduardo Berizzo, que la semana pasada también declaró que «el objetivo sigue siendo la permanencia, no podemos exigirnos cosas a priori». Presidente y entrenador prefieren mantener la prudencia. No quieren que el club se deje llevar por la euforia.
No obstante, es evidente que la afición está tremendamente ilusionada tras los últimos fichajes. Las llegadas de Daniel Wass, Iago Aspas y John Guidetti provocan que suba el nivel de la plantilla y deberían contrarrestar las bajas de Santi Mina y Michael Krohn-Dehli. Además, la dirección deportiva intenta reforzar el equipo con dos futbolistas más, un extremo derecho y un central zurdo.
Mouriño prefiere mantener un discurso «realista», aunque no descarta «ilusionarse» con el transcurso de la temporada. Además de los fichajes, el octavo puesto de la pasada campaña también invita a soñar. El Celta estuvo prácticamente hasta la última jornada peleando por la séptima plaza, que daba opción a disputar competición europea. Ahora, es lógico que la plantilla celeste se exija superar lo logrado el pasado curso. De hecho, Augusto Fernández, capitán celeste, fue mucho más ‘osado’ que su entrenador y su presidente y en el primer día de pretemporada aseguró que el objetivo del Celta debería ser Europa. Sea como fuere, la competición decidirá cuál es la meta por la que luchará el equipo vigués.