Bailó, saltó, animó y gritó para que el Auditorio de Castrelos se contagiase. No lo tuvo fácil, pero acabó convenciendo a todos los presentes de que además de un gran artista es una persona solidaria.
Antonio Orozco convirtió a los cerca de 10.000 espectadores vigueses en «héores» solidarios. Cantó todo su repertorio de grandes éxitos y también los nuevos temas de su último disco, «Destino», con una puesta en escena contagiosa. Cuando todos estaban rendidos a sus pies, después de salir de nuevo al escenario, logró que Castrelos se iluminase con miles de teléfonos en alto.
Cuando la noche terminaba, el «coach» del famoso programa «La Voz» apareció de la mano con un niño vigués para que todos los presentes enviasen un mensaje de solidaridad en favor del Hospital San Juan de Dios.
«Abrid vuestro SMS, escribid la palagra Ángel y enviadla al 28015», pidió junto al pequeño Iar. Orozco colabora desde hace años con el centro médico catalán, ahora a través del programa «Ángel de la Guarda», para ayudar a niños enfermos de cáncer. Una de sus canciones, «Mi héroe», está decidada a todas las personas que luchan contra la enfermedad.
Antes de eso, el cantante se aferró a todos sus éxitos. Desde «Pedacitos de ti» a «Devuélveme la vida», pasando por «Mírate» o «Temblando». Su derroche físico fue descomunal y sus palabras de agradecimiento a Vigo, donde recordó que no estaba desde hace 12 años, fueron constantes.
Otro de los momentos cumbre de su actuación, fue la presentación de todo el elenco de artistas que le acompañaba, entre ellos su hermano Marcos, a la percusión «por la gloria de mi madre».
«Vigo, no tengo forma de explicarlo», escribió en su cuenta de Instagram con una foto del momento en el que Castrelos encendía sus teléfonos para ayudar al Hospital San Juan de Dios.