En su discurso ante las numerosas autoridades presentes, el presidente del club baionés hizo repaso por los retos que el mar les presenta a diario a las personas que trabajan o se relacionan con él. “Retos – dijo- como los de los pescadores y mariscadores que tienen hacer frente a sus duras condiciones para sacar adelante a sus familias. O los retos de la Armada, dispuesta a ayudar siempre al que lo necesita con un deber de servicio digno de admiración y respeto”.
José Luis Álvarez hizo mención también a la gran labor de los servicios de salvamento y a los miles de migrantes que, con el deseo de huir de conflictos de guerra, “se lanzan al mar con los bolsillos vacíos de pertenencias pero llenos de esperanza, con el sueño de que el mar les permita emprender una nueva vida”.
Antes de la intervención del obispo de la diócesis de Tuy-Vigo, encargado de dar la réplica a Álvarez, el presidente del Monte Real acabó su intervención citando a Ernest Hemingway para asegurar que “nadie, jamás, está solo en el mar”.
La septuagésimo séptima edición de la ofrenda del mar en el templo votivo de Panxón acabó, como viene siendo tradición, con la bendición al mar y el canto de la Salve Marinera.