El caso procede del Juzgado de Instrucción número 4 de Pontevedra y hace referencia a lo ocurrido a las 22:30 del 6 de febrero de 2014 en el que, según relata el fiscal, el procesado se dirigió al vehículo de la víctima, A.A.A., situado en O Porriño, donde tras conseguir que se reuniese con él la ató por las manos con unas cuerdas y le obligó a subir al coche mientras la víctima gritaba.
El escrito del Ministerio Fiscal continúa desgranando lo ocurrido según lo cual la víctima fue llevada al domicilio del acusado y tanto durante el transcurso del trayecto como en éste fue sometida a abusos y si bien logra parcialmente librarse de sus ataduras se produce un forcejeo tras el que la víctima le convence de que la ate en las manos en lugar de en el cuello. Pese a todo, continúa resistiéndose lo que certifica el médico forense, que determina que la mujer sufrió erosiones con motivo de las ataduras y en la región perineal por la violencia sufrida.
El acusado, que carece de antecedentes penales, se enfrenta ahora a una petición de condena de 10 años por un delito de agresión sexual y otra de 5 años por detención ilegal y, al amparo del artículo 57 del Código Penal, la prohibición de aproximación a la víctima, a su domicilio, lugar de trabajo y cualquier otro que frecuente en un radio de 1.000 metros por tiempo superior en 8 años a la pena de prisión, así como comunicar con ella por cualquier medio y por igual tiempo. Por el daño moral, además, el Fiscal reclama una indemnización en favor de la víctima de 3.500 euros y por las lesiones sufridas la cantidad de 150 euros con aplicación en ambos casos de los intereses de demora.