Ya después de comer, el juez entregó a los nueve miembros del tribunal el objeto de veredicto. Estos empezaron a deliberar pero a última hora del día todavía no habían llegado a una conclusión definitiva.
En esa última sesión del juicio, las tres acusaciones –Fiscalía, familia y Xunta de Galicia- refrendaron sus tesis iniciales basándose en los testimonios escuchados y las pruebas periciales presentadas durante la semana pasada.
Todos coincidieron en señalar al acusado como el culpable del asesinato al ver que la joven deseaba poner fin de manera definitiva a la relación que habían mantenido. Igualmente, consideran que su coartada y su versión de los hechos no es creíble.
Mientras el fiscal y la acusación popular –Xunta- piden 27 años de cárcel, la acusación particular –familia- solicita 32 años de prisión al incluir un delito de vulneración de la intimidad.
Por su parte, el abogado de Adrio, quien rechazó hacer uso de la palabra antes de que el caso quedara visto para sentencia, defendió que no hay evidencias suficientes que impliquen a su cliente y que las versiones de las acusaciones carecen de sentido porque, según dijo, César y Ana se querían y habían manifestado su deseo de seguir juntos. También alegó que existen mensajes de Whatsapp que así lo corroboran.