Llegados al piso desde el que se había solicitado el servicio, los efectivos desplazados fueron recibidos por una mujer de 34 años, que presentaba marcas de golpes en la cara y en el cuerpo.
Según contó a los agentes, su pareja, con el que lleva conviviendo unos dos años, había llegado al domicilio momentos antes en estado ebrio y acompañado de un amigo. Ella no quería que entrase en la vivienda ningún amigo y así se lo expresó a su compañero sentimental, que en esos momentos comenzó a discutir, la agarró por el pelo y la golpeó tanto en el rostro como en el cuerpo.
La mujer consiguió defenderse, golpeando al hombre con una taza en la cabeza y se refugió en la cocina, lugar desde el que llamó a la policía.
A la llegada de los agentes, el hombre se encontraba en la cocina y efectivamente presentaba un pequeño corte en la cabeza. Los hechos determinaron su detención.