Al pedirle explicaciones, el conductor explicó que tenía que atender un servicio contratado y que se disponía a recoger a un cliente en el otro lado de la calzada. Al verificar la situación administrativa del vehículo, los policías averiguaron que carecía de la tarjeta de transportes de servicio público, es decir, del documento que le habilita para ejercer su actividad.
En consecuencia, contactaron telefónicamente con el departamento municipal de transportes, que les informó de que al taxista le constaba un expediente abierto, a la espera de resolución, para anularle la licencia municipal.
Así pues, los agentes confeccionaron el correspondiente informe sobre esta incidencia para adjuntar al expediente ya iniciado y agilizar su finalización.