El fallo, que reproduce la agencia EFE, recoge igualmente la prohibición de acercarse a menos de 300 metros a la víctima durante cinco años una vez que cumpla la pena de prisión, así como al pago de 12.000 euros por el daño moral a la víctima y 400 más por las lesiones sufridas durante la agresión sexual.
Además, por el delito de amenazas, calificado de leve, se le añaden dos meses de multa con una cuota diaria de 6 euros.
La Audiencia considera probado que el joven vigués y la víctima abandonaron juntos el pub de Xaló en el que acababan de conocerse. El hombre pidió a la víctima que le acompañara al coche a coger tabaco sobre las 22.30 horas y la joven manifestó a sus amigas que regresaría enseguida.
Sin embargo, el individuo se colocó al volante y arrancó ante la sorpresa de la joven y, sin previo aviso, lo aparcó en un lugar apartado de las inmediaciones para, a continuación, obligar a la chica a hacerle una felación antes de arrancarle la ropa y violarla contra su voluntad y con gran brusquedad.
La víctima, que estaba aterrorizada y no dejaba de llorar, logró pedir auxilio a sus amigas por WhatsApp antes de que el presunto violador la dejara de vuelta en las inmediaciones del pub.
Audios de Whatsapp
Al cabo de un rato, el condenado realizó varias llamadas desde su teléfono a una amiga de la víctima, una chica llamada Marta de la que tenía el número.
Las llamadas quedaron sin responder, pero el teléfono recibió varios mensajes de audio donde el acusado decía entre otras cosas “te voy a matar” y “voy a por ti, Marta, lo primero que voy a hacer contigo es una Marta del Castillo”.
Esas expresiones, que hacían alusión a la chica asesinada en Sevilla cuyo cadáver sigue sin aparecer, iban dirigidas a ambas chicas y tenían por objeto amedrentarlas.