La mano del hombre aparece como culpable en el origen pero no en la propagación según constatan expertos que saben lo que es estar a pie de incendio. Mario González, ingeniero forestal vigués con siete años de experiencia en la lucha directa contra el fuego, rechaza que lo ocurrido en la ciudad olívica haya sido fruto de una trama incendiaria.
De hecho, a pesar de los bulos que han circulado a través de servicios de mensajería instantánea todavía no se ha practicado ninguna detención a pesar de haber sido localizados los pilotos de la moto que supuestamente estaba provocando incendios. Para él, la causa es mucho más sencilla. “Que nadie se crea teorías de la conspiración, se han dado las condiciones para que esto suceda”, advierte González.
“Esto es perfectamente posible. De hecho, es más que probable que un fuego se propague a kilómetros de distancia con las condiciones que se dieron debido a las pavesas incandescentes -partículas inflamadas, pequeñas y ligeras, que se desprenden de un cuerpo en combustión-. Es una circunstancia más que estudiada. Yo la he visto muchas veces en mi carrera. En Vigo, por ejemplo, han prendido la plaza de España y O Castro debido a este motivo”, explica este ingeniero que sabe también lo que es trabajar como peón, jefe de brigadas y técnico de brigadas helitransportadas.
Aquí interviene el llamado ‘factor 30’ o ‘regla del 30’, que tan popular se ha vuelto en las últimas horas. Es decir, que se den al mismo tiempo más de 30 grados de temperatura, que haya una humedad menor al 30% y más de 30 kilómetros por hora de viento. “El ‘factor 30’ es clave para la propagación pero nunca para la ignición. Si nadie prende, el ‘factor 30’ es indiferente”, precisa. Parece obvio que los incendios se han iniciado por la acción del hombre, pero el caos generado se achaca más a las condiciones meteorológicas.
Imagen explicativa sobre la creación de focos secundarios a varios metros de distancia del foco principal
“Los focos secundarios en Vigo fueron ya en la noche y pudieron llegar desde Valadares perfectamente. Las horas previas de boina de humo y lluvia de ceniza no han hecho más que preparar el terreno, desecándolo para después arder al contacto con una pavesa incandescente. Al ser tan densa y prolongada la columna de humo, las pavesas aguantan mucho más de lo normal en suspensión. Se juntan en el aire las pavesas de varios incendios y se retroalimentan. Y las condiciones medioambientales bajo la boina son malísimas”, detalla.
De hecho, en diversos puntos del casco urbano vigués, que van desde Vía Norte hasta la zona de Guixar se han recogido este lunes resto de ramas y hojas de eucaliptos y castaños, lo cual refuerza esta versión.
Con todo, del mismo modo que la proliferación de focos no se puede achacar a una actividad incendiaria, González no tiene claro que se pueda culpar a la falta de efectivos. “Es complicado valorar eso, pero probablemente la gravedad habría sido similar”, confiesa. Incluso la prevención, a pesar de la alerta existente, se revela como un factor difícil ante una situación que ha superado a todos.Resto de eucalipto y castaño procedentes del monte encontrados en el centro de Vigo / Foto: Rubén Fuentes