Las inspecciones que trataban de garantizar el cumplimiento de la normativa se intensificaron durante esas fechas y propiciaron la intervención de 47 cajas con 1.342 artefactos en establecimientos.
Un control del que fue objeto también la venta ambulante y las personas que lanzaban o manipulaban artículos pirotécnicos sin respetar las normas de seguridad o sin adaptarse a la categoría en la que estén clasificados.
El material que se estaba vendiendo de forma irregular sin cumplir con la normativa vigente ni las medidas de seguridad fue decomisado y destruido. Además, los responsables de los establecimientos fueron propuestos para sanción.