La investigación, que está siendo dirigida por el Juzgado de Instrución número 4 de Vigo, concluyó con la detención de seis personas, todos ellos mayores de edad, aunque entre los investigados se encuentran tres menores huidos de centros tutelados. Las edades de los implicados oscilan entre los 15 y los 25 años. Dos de los arrestados quedaron en libertad en las dependencias de la Guardia Civil de Vigo, donde se instruyen las diligencias, y el resto pasarán en las próximas horas a disposición judicial.
Los agentes, dentro de esta operación, han practicado además cinco registros simultáneos en la ciudad, cuatro en domicilios y uno en un local comercial. De ellos, han trascendido uno en la avenida de la Florida y otro en las inmediaciones de la calle Barcelona.
Según el TSXG, a los sospechosos se les atribuye una presunta relación con la comisión de un centenar de delitos, entre los que figuran robos mediante tirones, hurtos de móviles, acosos, lesiones y amenazas en Vigo, Cangas y Baiona que venían realizando desde el año 2017.
Una banda violenta
Según la Guardia Civil, se trata de una banda juvenil cuyos miembros imitan y cumplen con muchas características que conforman la idiosincrasia de una banda latina o juvenil de carácter violento.
Los integrantes de este “grupo criminal, que se autodenomina la banda de ‘Los Betas’ estaban asentados en las escaleras de un céntrico barrio de Vigo. Era su zona de control o territorio, donde se reunían habitualmente y a la que ellos denominaban ‘Bloque 30’.
Dentro de las peculiaridades propias de estos tipos de bandas juveniles violentas, utilizaban grafitis para marcar su territorio y así difundir la presencia del grupo en la zona. El estilo de vestimenta, las expresiones gestuales, el lenguaje y los tatuajes son otras características propias, que sirvieron para identificarlos en gran parte de los hechos delictivos que se les atribuyen.
El denominador común de su ‘modus operandi’ es la violencia y la intimidación. Solían actuar en grupo y de forma coordinada, provocando peleas y agresiones con el fin utilizar esta confusión para sustraerle las pertenencias a sus objetivos. En otras ocasiones sustraían directamente los objetos mediante el procedimiento del tirón o intimidando mediante la superioridad en número, gestos y expresiones violentas hacía sus víctimas, que normalmente eran jóvenes e incluso menores de edad.
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