Los hechos sucedieron cuando una dotación del destacamento de O Porriño, que se encontraba realizando un servicio de control de conductores multirreincidentes en la zona de Atios, se percató de que el turismo que les precedía circulaba de forma errática y a una velocidad anormalmente reducida.
Ante esta situación decidieron interceptarlo para evitar un accidente y a la vez interesarse por lo que estaba sucediendo. Al apearse del coche los dos componentes de la patulla se dieron cuenta de la gravedad del hecho. Un hombre se agarraba fuertemente a la zona del pecho mientras gritaba, debido al fuerte dolor que sentía, mostrando síntomas evidentes de un posible infarto.
Debido a la extrema gravedad del conductor, optaron por trasladarlo de inmediato al centro de salud más próximo para intentar su inmediata atención facultativa. De este modo, uno de los componentes de la patrulla inició la marcha con el vehículo oficial abriendo paso con las luces rotativas, mientras el otro, que previamente había acomodado al conductor en el asiento del acompañante, tras verificar su estado, se hizo cargo de la conducción del turismo del varón auxiliado.
Una vez en el Centro de Salud de O Porriño los sanitarios del servicio de urgencias procedieron a estabilizarlo y lo derivaron en una ambulancia medicalizada al hospital Álvaro Cunqueiro. A tenor de la opinión de los facultativos que lo atendieron, la rápida y decidida actuación de los dos guardias civiles fue muy importante para que el suceso tuviera un feliz desenlace.
Tras ser intervenido quirúrgicamente y después de una lenta recuperación, el conductor auxiliado ya se encuentra recuperado en su domicilio de Vigo y fue visitado por los dos Guardias Civiles que lo trasladaron al centro médico.
Este vigués, de 44 años de edad, expresó su agradecimiento por la actuación a todos los profesionales de los servicios de urgencias que lo atendieron y a los dos agentes de la Agrupación de Tráfico que, según sus palabras, “de no ser por ellos nunca habría llegado al centro médico”.