No obstante, de repente un joven que caminaba por la zona les abordó para pedir a los agentes que le sometiesen a un test de alcoholemia. Al tratarse de un peatón y no estar implicado en ningún percance que tuviera relación con el tráfico, los efectivos de la unidad le informaron de que no procedía efectuar la prueba y le recordaron “que no está sujeta al capricho de cualquier usuario”, según informa el cuerpo municipal en una nota de prensa.
“Molesto por la respuesta y no ver atendida su demanda, comenzó a increpar a los actuantes, indicando que ya había agredido a funcionarios policiales en la ciudad donde residía. Ante esta conducta, los acompañantes de este individuo le sujetan y tratan de llevárselo del lugar si bien lejos de corregirse comienza a insultar a los agentes”, relata la Policía Local.
Por este motivo, y al entender que estaba alterando el orden público injustificadamente, los miembros de la patrulla se dirigieron a él para identificarlo. “Lejos de colaborar, se negó a aportar dato alguno, hasta que en un momento dado agredió a uno de los miembros de la dotación”, explica el 092, que acabó arrestando al individuo – que finalmente resultó ser un vecino de Vilagarcía de Arousa de 26 años- por un delito de atentado a agente de la autoridad.