El dueño, Rafael García, ha asegurado además que suspenderá de empleo y sueldo al joven que tiene como cometido chequear in situ el sistema de protección de cada uno de los ‘coches’ en los que van subidos los clientes. “Es un chico que lleva poco tiempo y aunque se le avisa de que esté atento a su trabajo se ha despistado”, argumenta.
Así, según ha confesado García, la mujer sí habría cerrado por sí misma las barras que aseguran a los usuarios en el carrusel pero de manera incorrecta. Aunque el cerrojo de la zona derecha sí se fijó debidamente, el que va en la parte izquierda estaba suelto. Este fallo no fue supervisado por el personal de la atracción y provocó que la mujer saliera despedida.
“Los coches llevan un cierre electrónico que no se puede abrir manualmente una vez que la atracción empieza a subir y bajar. Además, ese cierre da una señal a través de un automatismo para que el ‘Saltamontes’ pueda funcionar, pero ese cierre sólo está situado en el lado de la derecha y el que la señora no cerró fue el de la izquierda”, explica García.
Así, todo se habría debido a un fallo humano. Los peritos municipales y de la Policía Local revisaron el carrusel el martes por la mañana y ahora la Xunta de Galicia debe ser la que determine si procede reabrir o no la atracción.
Primer incidente en 35 años
García ha asegurado que éste es el primer incidente que sufre en 35 años, los que lleva trabajando como feriante, y que su ‘Saltamontes’ no es el mismo que protagonizó un suceso similar el año pasado en Balaídos.
Además, ha relatado que fue él quien llamó a la ambulancia y que en todo momento se interesó por el estado de los heridos, tanto en Coia como después en el hospital, a donde acudió una vez que la policía finalizó su trabajo en el lugar de los hechos.
Asimismo, ha mostrado su disposición a colaborar en todo lo que las fuerzas de seguridad y las administraciones públicas le soliciten.