El primero de los casos tuvo lugar el sábado por la noche, en torno a las 21.45 horas, en la calle Cantabria, donde una patrulla sorprendió a un taxista trabajando borracho. Los agentes le sometieron a la preceptiva prueba de alcoholemia, que ofreció un resultado que superaba el límite penal establecido (0,60 miligramos de alcohol por litro de aire espirado), por lo que fue imputado por un delito contra la seguridad vial.
El segundo suceso se produjo este domingo por la mañana, en torno a las 09.15 horas, cuando una dotación patrullaba por la calle Ramón Nieto y observó a un taxi cometiendo una infracción de tráfico. Los agentes interceptaron a su conductor y al dirigirse a él se percataron de que presenta síntomas evidentes de estar conduciendo bajo la presencia alguna sustancia estupefaciente.
Sus sospechas se confirmaron tras realizarle la prueba de tóxicos, que arrojó un resultado positivo en cocaína y anfetaminas, por lo que fue denunciado penalmente por otro delito contra la seguridad vial.