Los agentes que se acercaron hasta el lugar del suceso observaron que los dos hombres todavía seguían tirando restos de tarima flotante y cristales en una zona que no estaba habilitada para ello.
Los policías les obligaron a recogerlo todo y a llevarlo a un gestor autorizado. Tras comprobar que todo estaba recogido procedieron a la correspondiente denuncia.