Desde primera hora de la mañana las calles de Vigo eran reflejo de la jornada histórica. El mayor exponente era el Paseo de las Avenidas cuya imagen pertenecía más a un fin de semana de verano que al tramo final de un septiembre ya laboral, la razón detrás de este ambiente festivo era la llegada de cinco cruceros a la ciudad. El «Anthem of the Seas», «Disney Dream», «Silver Moon», «Scenic Eclipse» y «Ambition» llegaron uno tras otro, creando una imagen pintoresca en la ría de Vigo, entre las Islas Cíes y la terminal portuaria.
Los primeros en llegar a la ciudad fueron el «Silver Moon» y el «Scenic Eclipse», que disfrutaron de Vigo desde las 8 de la mañana hasta las 11 de la noche. Les siguen el «Ambition», que permaneció de 9 de la mañana a 6 de la tarde; el «Anthem of the Seas», de 9 de la mañana a 4 de la tarde, y el «Disney Dream», que exploró Vigo desde las 9:45 de la mañana hasta las 6:30 de la tarde, cinco transatlánticos que trajeron consigo a más de 15000 personas.
Primera vez en la ciudad
Los cruceristas, deseosos por descubrir Vigo, comenzaron a desembarcar desde dos ubicaciones estratégicas: el muelle Comercial y el muelle de Trasatlánticos. Generando una diversidad difícil de encontrar en el día a día de las calles de Vigo. Para algunos de ellos no se trata de su primera vez en la ciudad, ya que habían visitado Vigo en ocasiones anteriores, como Stephen un mancusionao quien había conocido la ciudad “cuando era joven e hice el camino de Santiago” nos dice con una sonrisa en un spanish más propio de los hermanos Gallagher que del Instituto Cervantes.
Sorpresa por una ciudad «cambiada»
Stephen nos contaba su sorpresa cómo había cambiado desde su primera visita, aunque recordaba el café más barato. Otros eran nuevos en la ciudad, como Liv de Estonia, quien se perdía con su pareja por las calles de Vigo para disfrutar de “la buena comida y descubrir el Albariño” del que tanto había escuchado hablar.
Village en As Avenidas
Por su parte los lugareños, entre sorprendidos y descolocados, miraban a los gaiteros que ofrecían su música en la Paseo de las Avenidas bajo el amparo de la Autoridad Portuaria de Vigo, la Xunta de Galicia y la Diputación de Pontevedra. Algunos de los cruceristas preguntaban sorprendidos si era habitual mientras con sus teléfonos grababan la actuación y disfrutan de las tapas de los foodtrucks incluidos en la iniciativa “Galicia sabe AMAR”, con la que las administraciones querían compartir parte de la cultura gallega con los recién llegados a la ciudad, que disfrutaban desde las terrazas del buen tiempo con el que la ciudad los había recibidos.
«Gente simpática»
Muchos de los cruceristas comentaban que no era su primera vez en España, «pero sí en esta región en la que no sabíamos que hacía tan buen tiempo y la gente es simpática». Reconocían que lo poco que habían escuchado de Galicia se refería a su rica gastronomía. «Tenemos cuatro horas para descubrirla», nos decían mientras disfrutaban del buen tiempo en las terrazas de la Plaza de la Constitución. Después, de regreso en el barco, partirían hacia Lisboa, su siguiente parada en la ruta.
Sin mesas libres
Pero, ¿qué opinan los lugareños de esta quíntuple visita? Nacho, camarero en una emblemática taberna de la Zona Náutico, no siente que sea un día especial, “tan solo hay más gente paseando” pero los clientes acodados en la barra son los habituales. Regresando a las calles de la ciudad nos cercioramos que no se trata de un martes habitual ya que no encontrábamos una mesa libre en ninguna de las terrazas del centro.
En definitiva, Vigo vivió un día histórico en el que se llenó de vida gracias a la llegada de estos cinco cruceros, sembrando, además la semilla de futuras visitas.