Hace solo dos semanas se celebraba precisamente la llegada de Martín Alonso Pinzón a la villa en 1493 a bordo de «La Pinta». Ese símbolo del fin de la Edad Media y el inicio de la Edad Media tiene ahora en el mismo fondeadero a otro barco que marcó un antes y un después en la historia de la navegación y del comercio marítimo al completar la primera vuelta al mundo (1519-1522). La «Nao Victoria» llegó a las doce de la noche de este miércoles a Baiona tras una dura travesía desde Cádiz. A su llegada fue recibida en el Monte Real Club de Yates y amarró de forma temporal en un pantalán hasa que este jueves sea trasladada al puerto pesquero.
A pie de muelle, Rosario Fernández, capitana de la «Nao Victoria» desde hace cuatro años y patrona altura de la Marina Mercante, atendía a Vigo Última Hora. Lleva a catorce tripulantes en la travesía que realizan desde Puerto Sherry (Cádiz) hasta Rochefort (Francia). Debido a las duras condiciones meteorológicas, especialmente en su paso por el cabo San Vicente, tuvieron que parar en Cascais (Portugal).
Ahora, tendrán cuatro días de descanso en Baiona, donde podrá ser visitada, para recuperarse de la movida travesía. «Anoche (por el martes) se nos metieron tres metros de ola, casi cuatro, con un periodo muy corto y esta embarcación coge muchísimo balance. Se mueve mucho y con viento de proa vamos muy lentos, lentísimos», explicaba. La solución para estos casos, tal y como indica la capitana, es acercarse a la costa, «ganar resguardo», para conseguir aumentar la velocidad. «La velocidad de crucero medida de este tipo de barcos es de cinco nudos», explica.
Dos coruñeses a bordo
Lo habitual y lo más deseable en la «Nao Victoria» es utilizar las velas, aunque su configuración complica en gran medida la navegación, puesto que necesitan vientos portantes (de popa) y se hace muy difícil cuando es de proa. «El motor nos permite llegar a cualquier puerto, ya que tenemos velas cuadras y no es posible utilizarlas en todas las condiciones», indica Rosario.
A bordo viajan marinos cualificados, pero también voluntarios y alumnos de Náutica, entre ellos dos jóvenes de A Coruña, que ya se han licenciado y deben completar horas de mar. A bordo del barco, de 26 metros de eslora y 7 de manga, vivieron unas últimas horas «muy movidas».
Desde este viernes el público podrá conocer las formas y detalles del barco y las condiciones de vida de sus tripulantes, y en su bodega, podrán experimentar las vivencias de la tripulación que durante los años 2004/2006 trazó su rumbo alrededor del mundo. «Van a poder conocer cómo se navegaba en el siglo XVI y también la experiencia de la tripulación en el siglo XXI», explica la capitana, quien reconoce ser «emocionante» poder comandar una nave al igual que hicieron Magallanes o Elcano.
Visitas
Gracias a la colaboración del Concello de Baiona y la Fundación Nao Victoria, el barco atraca en la villa dentro de los actos de promoción de la candidatura de Patrimonio de la Humanidad que Baiona, conjuntamente con Palos de la Frontera y Santa Fé de Granada, difunden como Pueblos Colombinos de España.
Fecha: abierto a partir del 20 de marzo
Estancia: 4 días
Lugar: Puerto de Baiona
Horario:
Viernes, sábado y domingo: 10:00h. a 19:00 h.
Tickets: adultos 3€ / Niños menores de 8 años 1€
Concertar con José Luis Hernández Rovira:
educacion@fundacionnaovictoria.org
Tfno. +34. 672497190
Historia de la «Nao Victoria»
La «Nao Victoria» fue un barco de alto bordo de la primera escuadra que la Monarquía envió al comercio de las especias, siempre que se hallaran comprendidas dentro de las demarcaciones españolas y sin tocar en las portuguesas. Fue llamada en su día la «Armada de la Especiería» o «Armada de Magallanes». Las singladuras se concluyeron con la primera vuelta al mundo (1519-1522) siendo este el único navío que completó dicho periplo.
El nombre viene de la iglesia de Santa María de la Victoria de Triana, donde Magallanes juró servir al rey Carlos I. La tradición cuenta que la nao Victoria se construyó en los astilleros de Zarauz (País Vasco), de los que no queda ningún rastro.
El 8 de septiembre de 1522, 18 hombres capitaneados por Juan Sebastián Elcano, a bordo de la «Nao Victoria», culminaron la mayor hazaña de la historia de la navegación, al conseguir dar la primera vuelta al mundo por mar.
Tras más de tres años de navegación lograron conocer la auténtica dimensión del globo, demostraron que todos los océanos estaban conectados entre sí y dieron los primeros pasos para la creación de una red de rutas que relacionarían todos los continentes del mundo a través del mar.
Pasaron más de 60 años antes de que otro navegante volviese a repetir su hazaña de circunnavegar el planeta.
Una aventura sin precedentes
La expedición que hizo historia y se convirtió en la primera en dar la vuelta al mundo estaba compuesta por 5 naos y 243 tripulantes. Partió desde el puerto de Sevilla el 10 de agosto de 1915, capitaneada por Fernando de Magallanes.
Durante años recorrió la costa atlántica suramericana, hasta descubrir el ansiado paso entre el océano Atlántico y el Pacífico, conocido hoy en día como el Estrecho de Magallanes.
La expedición atravesó por primera vez en la historia el océano Pacífico, empleando en su travesía largos meses de navegación y llevándose por delante un gran número de vidas.
La única nave superviviente, la «Nao Victoria», emprendió el retorno por el océano Índico, navegando durante meses por la ruta de los «cuarenta rugientes», sin escalas, hasta llegar al continente africano. Una vez doblado el cabo de Buena Esperanza, ascendió por el Atlántico y regresó a su puerto de partida, con solo 18 hombres a bordo, capitaneados en sus últimas etapas por Juan Sebastian de Elcano.
Tras más de tres años de periplo, la «Nao Victoria» completó la primera vuelta al mundo de la historia, marcando un hito en la historia de la navegación.